Un amor de cristal  

Publicado por Álvaro

Hola, aquí estoy de nuevo y ahora os traigo el primer capítulo de algo que he empezado a escribir sin querer, sólo es el primer capítulo o parte de este, pero espero que os guste igualmente.
Lo empecé a escribí un día que no sabía que hacer, sentado en mi sofá. Lo abandoné por mi habitación y lo he encontrado. Ahora he preferido retomarlo y arreglar lo que llevo. Si hablamos de mis primeras ideas de esta historia nos tenemos que trasladar un año atrás. Todo se me ocurrió en un viaje a Portugal a un palacio cuyo nombre era Buçaco. Todo empezó ahí y bueno, aquí lo tengo, arregladito. Que disfruteis aunque sea solo el primer capítulo.


I
La última vez que la vi estaba asomada a una ventana, en la torre mas alta del palacio, ella me miró y sonrió, yo simplemente seguí mi camino, pensando en el sentimiento que se despertaba en mi interior, un sentimiento que me producía y me produce un dolor insoportable.
Al día siguiente, un coche se alejaba del palacio, un coche que me separaba de un amor que desde el principio había sido imposible.
La carta que aquella noche había escrito para deslizarla por debajo de la puerta de su habitación la guardé. La guardé en un lugar que me recordaba al palacio, para no olvidarme de ese sentimiento y mantener ese pequeño hueco en el corazón dedicado a ella, donde todavía vive. Nunca podré olvidarla y hay tantas cosas que no le dije…
Su sonrisa la tengo grabada en mi alma, una sonrisa que mehabla e n los momentos difíciles, mi vida ya no sería nada sin esa sonrisa.
Tres años después estoy de nuevo aquí, en El Palacio de Gorleáns, persiguiendo un amor de cristal ¿qué porqué lo llamo así? ¿acaso existen amores que sean de cristal? Sería un poco imposible, ¿no es imposible este amor? Y a demás, los amores de cristal se pueden romper fácilmente, ¿acaso este no?
Recuerdo la primera vez que la vi, estaba sentada en una silla escribiendo algo en unas hojas de papel. Me quedé mirándola, ella subió la mirada y yo la volví por vergüenza, noté que en su cara se dibujaba una pequeña sonrisa burlona y yo no pude resistirme a sonreír también. Creo que ella también se percató de mi sonrisa, hubo después algunas miradas y antes de que se fuera, intercambiamos una última sonrisa, esta vez, cada uno mirándonos a los ojos. Todo sucedió muy deprisa, pero significó mucho para mí, y espero que para ella también.
Los días siguientes solo deseaba encontrármela por los jardines o pasillos del palacio, muchas veces paseé por ellos, buscándola. A veces no servía de nada, pero otras… era una situación delicada, nos mirábamos, sonreíamos y seguíamos nuestro camino, mirando para atrás en ocasiones y algunas veces lo hacíamos a la vez y cuando encontraba su mirada el corazón me palpitaba bruscamente, como si quisiera escapar de la cárcel que suponía mi cuerpo y perseguir el alma de ella…
Una noche pensé en escribirle una carta y pasarla por debajo de su puerta , pero fue demasiado tarde… Muchas veces quiero volver al pasado, para verla de nuevo, enamorarme otra vez de sus ojos y caer embrujado por su sonrisa. Me gustaría volver y decirle que la quería, pero hay muchas piedras en el camino de la vida, y hay que aprender a tropezarse para poder aprender a levantarse. Yo he tropezado, pero juro que no me rendiré y conseguiré levantarme, de una manera u otra. Como se dice “el amor lo puede todo” y espero que eso sea verdad. Y quién sabe, estoy de nuevo en el Palacio y pueda volver a verla…